(re)significar
Yo vivo un poco dentro de mis recuerdos. Caminar sola todos los días con los audífonos propicia esas reflexiones. Es lo que me permite desenredarlos y entenderlos, darles perspectiva. No es un proceso obsesivo, ni me impide plenamente vivir en el presente (creo?), pero sí es verdad que a veces me pregunto si algún día superaré algo de lo que alguna vez me ha pasado. Mi íntima amiga Taylor Swift me da permiso de no hacerlo.
looking backwards might be the only way to move forward. The Manuscript.
Hay piezas de recuerdos que sólo se mantienen vivas porque no he inscrito sobre ellas. Son piezas que no duelen, no molestan, ni siquiera reconozco a la persona que las creó, pero las llevo inscritas en la piel como cicatrices y por más que mire hacia otro lado es inevitable recordar cómo las obtuve. La música que no he escuchado en años y las calles por las que evito conducir*. No duelen, pero me acuerdo.
Esta semana
En mi pantalla
Estamos en medio del estreno de la tercera temporada de Bridgeton (Netflix). Hace dos semanas estrenaron los cuatro primeros capítulos, y veremos los siguientes cuatro en dos semanas más. Muy poco fan de este sistema, la verdad. Esta temporada sigue a Penelope y a Colin en un arco de mejores amigos a pareja. Nicola Coughlan, que interpreta a Penelope, es una verdadera joya de la actuación, aunque debo decir que el personaje de Colin me saca un poco de quicio. Reitero la superioridad de la segunda temporada.
También estoy a punto de terminar la última temporada de Dexter (Netflix) porque si yo voy a empezar algo, también lo voy a terminar. Con el paso del tiempo mejoró un poco, sobretodo por la aparición estelar de Yvonne Strahovski, la actriz que interpreta a Serena Joy en Handmaid’s Tale (Hulu), la adaptación a la pantalla de una novela distópica del mismo nombre. Ambos productos son un must en cultura feminista, sobretodo por las críticas y el análisis que se pueden generar a partir de ellos.
En mis audífonos
Hace dos semanas decidí ir a un concierto de Manuel Medrano con 15 minutos de anticipación, y es que esos siempre son los mejores planes. Yo disfruté de su primer álbum, Manuel Medrano, a niveles no-normales, pero debo confesar que había estado completamente desconectada de su música durante al menos tres años. Su álbum del 2021, Eterno, sigue el sonido bolero-caribeño-pop del primero y esta semana ha sacado su tercero, Perfecto. Estaremos reportando una opinión después de procesarlo apropiadamente.
La Mujer Que Bota Fuego y Afuera del Planeta (Manuel Medrano), Tengo que Llegar a Tiempo y Más Allá (Eterno), La Primera Vez y Este Cuento son algunas de mis canciones favoritas.
En mi mesa de noche
La Seca de Txani Rodríguez es la historia de Nuria, quien regresa del norte de España al pueblo de su infancia para veranear y cuidar a su mamá. Parece la eterna historia de las mujeres, cuidar a quien esté a su alrededor. Con una prosa accesible, increíblemente sensorial y anclada en la memoria, Nuria se me presenta como un personaje amargado, irracional y grosero; sin embargo, después de atravesar el valle de las primeras 30 páginas, me costó dejar el libro a un lado.
En mi mente
Me pasa que si no vuelvo a los lugares donde nació la tristeza, no la puedo sanar. Si no reescribo tatuajes por encima de las cicatrices, si no adjunto nuevos recuerdos a la materialidad de lo incómodo, de la nostalgia, no la puedo transformar. Tengo que reconfigurar y resignificar espacios y sensorialidades. Tal vez por eso siempre he estado tan reacia a volver a casa, tal vez por eso no dejo de moverme por el mundo en búsqueda de lugares nuevos que no me recuerden a nada aún.
Pero hay un poder adquirido en resignificar, en cambiar la narrativa. Es reapropiarse de espacios que ya no sentías tuyos, un poco como una actualización de software emocional. Es volver a escuchar esas canciones con otras personas, es pasar por las mismas calles pero viniendo de otros lados. La electricidad en mis neuronas está inundada de nostalgia y no sé si eso algún día cambiará, pero sé que mi yo del futuro está pensando mi, está acordándose de lo que hago aquí, hoy, y quiero intentar darle buenos recuerdos de los que aferrarse.
Más cositas
Seguro ya estás cansada de ver a Taylor Swift en todas partes. Normal, pero te voy a pedir misericordia para una reflexión más. Este miércoles llegó el día que esperé por años, y yo no podía dejar de pensar en la suerte que tengo de que me quepa tanta felicidad en el cuerpo, de ser capaz de sentir tanto amor y tanta conexión, de poner mi corazón en la misma sintonía que tantas personas, al mismo tiempo. Fue muy mágico y muy poderoso.
Lo primero que pensé apenas vi a la rubia aparecer en el escenario fue que mi expectativa ni siquiera se trataba de ella. El dinero, los vestuarios, la planeación, los videos, no tuvieron nada que ver con ella. Todo fue por mi, por mis amigas, por mi capacidad de sentir a través de la música y las historias. De cuando la escuchaba de adolescente, de la incredulidad al encontrar mi propia experiencia reflejada en sus letras. De agarrarme de la mano con mis hermanas y crear recuerdos llenos de amor que llevaré vividos en el corazón para toda la vida. De ser parte de algo grande.


A la fula podemos criticar muchas cosas, pero siempre le estaré agradecida por este momento.
Y para cerrar…
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*Aquí hablo de los ubers. Yo no conduzco. Nadie debería darme un vehículo a motor.