Éste próximo miércoles es 8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero para algunas de nosotras es muchísimo más que eso.
Es una fecha que no se felicita, porque el objetivo principal es visibilizar todo lo que queda por hacer. Aún vivimos en un mundo plagado de violencia machista: Estados feminicidas, falta de libertad sexual y reproductiva, inseguridad, desigualdad y mucho más. Sin embargo, yo también decido celebrar las vidas de todas aquellas mujeres que han peleado por cada centímetro de la libertad que gozamos, sobres cuyos hombros nos paramos.
Yo celebro a mi abuela, referente internacional en derechos humanos, que salió de un pequeño pueblo en el interior de mi país y hasta el día de hoy continúa tratando de que el mundo sea un lugar más seguro. Celebro a mi mamá, que me ha maternado a partir del ejemplo y la abnegación, con un amor que mueve montañas y que me ha hecho una mujer de la que estoy orgullosa. Celebro a mis amigas, que me han enseñado más sobre el amor que cualquier pareja, que son mujeres a las que admiro, de las que aprendo, junto a quienes navegar el mundo y navegar crecer se torna más fácil.
Celebro a Artemisia Gentileschi, a Agnès Varda, a Marianela Núñez, y a Alexandria Ocasio-Cortés. Mujeres que, dentro de un mundo que no se construyó para ellas, enfrentaron cada adversidad y contaron su verdad. Su mera existencia es un acto de revolución, y esta edición de la esquina de venus está dedicada a ellas.
Artemisia.
Solo hace falta conocerme por una hora antes de que empiece a hablar sobre la vida e impacto de Artemisia Gentileschi, expositora principal del barroco italiano. Dedicó su vida a crear un catálogo artístico de mujeres, por lo que me atrevo a llamarla una proto-feminista. ¿Sabía la resistencia que estaba ejerciendo con su trabajo? Quiero pensar que sí, pero también sabía que de algo tenía que comer. Su obra es un ejemplo de resistencia astuta y sutil, pero increíblemente transgresora.
Agnès
Si me preguntas a mi, Agnès Varda es la mamá del cine. Con uno de los catálogos más únicos en su curiosidad, empatía y juego, Varda cambió el paradigma del cine francés. Por gran parte de su vida tuvo un look de abuelita graciosa y así mismo fueron sus películas: llenas de sabiduría, carisma y belleza. Empezó a trabajar mucho antes que los “grandes del cine francés” y también realizó híbridos documental/ficción antes de que fuese popular. Mi recomendación principal es Cleo de 5 a 7.
Marianela.
A sus cuarenta años, Marianela Núñez sigue bailando con la felicidad y alegría de una niña de seis. Ver a Marianela es increíblemente emocionante: baila con una facilidad que no pareciera que lo trabajase por horas interminables. Aquí les dejo dos de mis variaciones suyas favoritas: en Giselle, extiende el tiempo y su cuerpo con ligereza y finura, transmitiendo la melancolía de su personaje; en Don Quixote, vuela cómodamente junto a la música, contagiando alegría y pasión palpables.
Alexandria.
Alexandria fue elegida a la Cámara de Representantes del Congreso Estadounidense por primera vez en el 2018, convirtiéndose en la mujer más joven en servir. En el 2019 visité su oficina en Washington, D.C. y se sintió como llegar a la mecca. Una de sus políticas principales de campaña es no aceptar dinero de super-corporaciones, y ha dedicado su trabajo a la defensa de la clase trabajadora y el desmantelamiento de la élite política americana. Por más mujeres (como ella) en el poder, amén.



Esta semana
En mi mente
Atendí al Encuentro Internacional Feminista organizado por el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España y debo decir que fue uno de los días más especiales desde que llegué a Madrid. Estuve en los paneles de Cultura, Maternidades, y Aborto. Lloré, grité, aprendí muchísimo y celebré aún más. Aquí les comparto algunas de mis principales reflexiones
En cuanto a cultura, más allá de los libros, las películas y el arte que consumimos, la cultura también es esa amiga que te explica la menstruación cuando ni la escuela ni tus padres pudieron. Son las chicas en las escuelas chilenas que se alzaron contra la subida del precio del transporte cuando ninguna clase trabajadora lo hizo. La cultura y el feminismo son entes inseparables, porque las relaciones entre nosotras transforman el mundo.
En cuanto a maternidad, urge despatriarcalizarla. Urge expandir nuestros entendimientos de la misma. Entender que maternar es un acto político, pero que decidir no hacerlo también lo es. Aceptar la ambivalencia de la maternidad y verla como el proceso metamórfico que es, sin cometer el error de fundir la identidad de mujer con aquella de madre. Dejar de dividir a las mujeres como madres y no-madres.
Y en cuanto al aborto, pues qué decir. La importancia de la lucha tanto institucional y como en las calles. La importancia de tejer resistencia, de crear símbolos, de llevar la conversación a cada casa, escuela, y mesa de comida. Explicar la ineficacia, la injusticia y la discriminación para despenalizar, pero también permitirnos soñar con abortos acompañados, saludables, y felices.
Ya saben: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir, y cultura feminista para resistir.
Y para cerrar…
Te invito a que esta semana encuentres a una nueva mujer a la que admirar, ya sea en tu vida, en la historia, o en tu campo profesional. Te invito a que veas a tu mamá, a tus abuelas, a tus hermanas, como mujeres más allá de su relación hacia ti. ¿Cuáles son sus miedos, sus ambiciones, sus imperfecciones y sus deseos como seres humanos?
Está de más invitarte a pronunciarte este 8M, a salir a la calle, a alzar la voz y a cambiar los discursos, porque el futuro será feminista o no será.
con amor, y por una vida de revolución,
lilah lucía.
Excelente, disfrute leer tantas verdades y sabidurías.
Me sentí muy emocionado.